Es que ni siquiera sé cómo tratarte,
te crees el sabelotodo,
nadie puede tener la razón frente a ti.
No soporto ese aire de arrogancia que muestras
y juras que caes simpático con tus ironías y desubicadeces.
No quiero hablarte porque no soporto que me hables;
porque me da lata hablarte si apenas escuchas.
Tengo que aguantar tanta estupidea a veces,
te metes en conversaciones que no te corresponden
y te juras "bacán" a sabiendas que eres un pobre weón.
Me caes mal y por más que he intentado que no sea así
lo es.
Siento mucho tener que publicarlo...
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