viernes, septiembre 21, 2012

Alarma! Se viene el fin del mundo



Que viene o no viene un próximo terremoto en Chile pareciera ser una conversación necesaria. Efecto post traumático le llaman algunos a esa sensación de temor que queda en la memoria por mucho más del tiempo que debiera quedar. No sé si será producto de este efecto o si es por un tema de marketing, pero la televisión en espacios de tiempo no menores otorga importancia a conversar sobre lo terrible que sería que hubiera un nuevo terremoto, de lo horrendo que fue el ya vivimos, en vez de dedicarse como materia fundamental a informar de forma efectiva sobre cómo las personas debemos actuar en momentos de caos.


No tengo mucho tiempo para ver televisión, sin embargo, no he sabido de programas de alto rating que se dediquen a concientizar a la población sobre las medidas preventivas básicas que debiéramos tomar para evitar que suframos un accidente dentro de nuestros hogares durante un sismo o tampoco he escuchado que las autoridades indiquen qué alimentos debiéramos guardar en caso de desabastecimiento. Hay temas que para algunos resultan obvios, pero la realidad es que para la mayoría de la población no es tan evidente:

- No bajar las escaleras de un edificio durante un sismo. Yo lo hice y en realidad fue porque estaba desesperada, en estado de shock. Nunca más debería volver a hacerlo.

- Dónde arrancar si las casas están cerca de torres de alta tensión, por ejemplo, o a un costado de una planta química. Esto debería estar prohibido, pero ya todos sabemos que no es así.

- Cortar el gas del balón o por medio de las llaves de paso, juntar el agua antes que la corten.

- Evacuar hacia zonas de mayor altura en zonas costeras por alta probabilidad de maremoto. Ésta, supongo, que es la que más nos quedó grabada a todos, debido a lo sucedido y todas las historias de fallecidos por el tsunami que conocimos.

Se me ocurren estas 4 aunque sé que hay muchas más.

Más que alarmar constantemente a la gente, deberíamos preocuparnos más de enseñar. Chile es un país sísmico y es inevitable que vuelva a temblar. Las personas comunes y corrientes de nuestro país no tienen acceso a información privilegiada científica que hable sobre el comportamiento de las placas de Nazca o del Pacífico o no están revisando la página de USGC donde pueden obtener información sobre los sismos en el mundo. La mayoría accede a la información que se muestra en la televisión, ya sea de chantas o no chantas, y por lo mismo, cuando se trate de un tema tan  delicado como el futuro de sus vidas, debería tenerse un poco más de respeto por esas señoras que viven pensando en que algo malo puede pasarles a ellas y a sus hijos, que realmente creen que puede llegar el fin del mundo.

Oiga! No estoy hablando estupideces. ¿Sabe? Yo he escuchado a personas hablar sobre el fin del mundo y que creen en cosas que a uno jamás se le pasaría por la cabeza pensar. La falta de educación no es solo palabrería de un grupo de estudiantes. La educación formal es una cosa, pero la formación que respecta a cómo las personas ven la vida es otra. Y es a esa forma a la que hay que tenerle respeto.

Dejemos de alarmar y preocupémonos de informar como corresponde.