miércoles, octubre 17, 2012

Cállate un rato


¿Te ha pasado que estás hablando de algo que consideras importante de contar y aparece el personaje con una historia más interesante que la tuya? Los siguientes escenarios son historias de la vida real. Llamaremos Juanita a una personaje en representación de esas personas que me alguna vez me sacaron de quicio y con las cuales perdí contacto por darme cuenta que no aplican la "escucha activa" , tan importante en el reino de la comunicación.


Escenario 1: Llegas contando a tu amiga Juanita que falleció tu abuelita, que el funeral estuvo lindo pero triste. No alcanzas a contar de qué murió cuando la Juanita empieza a hablar de la vida de SU abuelita, de lo que le gustaba hacer e incluso de cómo fue su funeral, siendo que tú estás convaleciente del dolor y vienes pasando recién por el difícil momento de despedirla, pero a Juanita le importa un rábano tu pena y prefiere hablar de algo más interesante: de su abuelita y no escucharte hablar de la tuya.


Escenario 2: Te encuentras con Juanita en la calle, no la ves hace tiempo, y le comentas lo bien que te está yendo en el trabajo, de lo interesante que es tu pega y de lo bien que te sientes, pero Juanita comienza a hablar de su trabajo, que le está yendo al parecer mucho mejor que a ti, te cuenta cuánto gana para que veas que su vida posiblemente es mejor la tuya. Y curiosamente, todo lo que a ti te pasa, a ella también le ha pasado.

Escenario 3: Estás en una reunión de amigos y la Juanita se roba la película todo el rato. No deja conversar al resto porque quiere imponer su historia por sobre todo lo que puedan opinar los demás. Si comentas algo, a ella también le pasó algo parecido y lo más probable es que haya sido con el triple de efectos especiales que lo que te sucedió a ti.

Escenario 4: Te juntas con Juanita y Pedro y si bien la conversación partió en un tema inicial, la conversación con Pedro deriva en muchos otros temas, pero la Juanita se queda pegada en la primera idea y no permite seguir una conversación fluida porque está al estilo de la Chilindrina ("es que yo, es que yo") tratando de meterse en la conversación hasta que logra que la escuchen importándole un huevo lo que se ha conversado hasta el momento.

Escenario 5: Estás ocupada con tu hijo y te llama por teléfono la Juanita para conversar y por más que insistes en que tienes que dejar el teléfono, no se da por aludida, no te dice "ah ya, hablamos después", si no que sigue hablando absolutamente despreocupada de tus necesidades.

Para que haya una conversación es necesario que haya dos personas o más. ¿Pero a qué le llamamos conversación? Hay personas como la Juanita que tienden a hacer monólogos y no se preocupan de saber si a la otra persona le interesa o no escuchar su historia o por otro lado, no dejan hablar a nadie más, porque pareciera ser más interesante hablar que escuchar. Personas como la Juanita llaman por teléfono solo para hablar ellas. No dejan espacio para interrupciones, cualquier comentario que le digas es rebatido, porque ella tenía todas las razones y argumentos del mundo.

Puedo entender a personas que en ciertos momentos se manden tremendos discursos, sobre todo cuando son personas solas, porque muchos de nosotros sentimos la necesidad de hablar de nuestros problemas, de nuestras preocupaciones o de nuestras aspiraciones. Pero que una persona como la actitud de la Juanita que no se da cuenta que las conversaciones son de a dos y no de a uno, no lo entiendo. A mí por lo menos, me molesta y evito juntarme con personas así.

viernes, septiembre 21, 2012

Alarma! Se viene el fin del mundo



Que viene o no viene un próximo terremoto en Chile pareciera ser una conversación necesaria. Efecto post traumático le llaman algunos a esa sensación de temor que queda en la memoria por mucho más del tiempo que debiera quedar. No sé si será producto de este efecto o si es por un tema de marketing, pero la televisión en espacios de tiempo no menores otorga importancia a conversar sobre lo terrible que sería que hubiera un nuevo terremoto, de lo horrendo que fue el ya vivimos, en vez de dedicarse como materia fundamental a informar de forma efectiva sobre cómo las personas debemos actuar en momentos de caos.


No tengo mucho tiempo para ver televisión, sin embargo, no he sabido de programas de alto rating que se dediquen a concientizar a la población sobre las medidas preventivas básicas que debiéramos tomar para evitar que suframos un accidente dentro de nuestros hogares durante un sismo o tampoco he escuchado que las autoridades indiquen qué alimentos debiéramos guardar en caso de desabastecimiento. Hay temas que para algunos resultan obvios, pero la realidad es que para la mayoría de la población no es tan evidente:

- No bajar las escaleras de un edificio durante un sismo. Yo lo hice y en realidad fue porque estaba desesperada, en estado de shock. Nunca más debería volver a hacerlo.

- Dónde arrancar si las casas están cerca de torres de alta tensión, por ejemplo, o a un costado de una planta química. Esto debería estar prohibido, pero ya todos sabemos que no es así.

- Cortar el gas del balón o por medio de las llaves de paso, juntar el agua antes que la corten.

- Evacuar hacia zonas de mayor altura en zonas costeras por alta probabilidad de maremoto. Ésta, supongo, que es la que más nos quedó grabada a todos, debido a lo sucedido y todas las historias de fallecidos por el tsunami que conocimos.

Se me ocurren estas 4 aunque sé que hay muchas más.

Más que alarmar constantemente a la gente, deberíamos preocuparnos más de enseñar. Chile es un país sísmico y es inevitable que vuelva a temblar. Las personas comunes y corrientes de nuestro país no tienen acceso a información privilegiada científica que hable sobre el comportamiento de las placas de Nazca o del Pacífico o no están revisando la página de USGC donde pueden obtener información sobre los sismos en el mundo. La mayoría accede a la información que se muestra en la televisión, ya sea de chantas o no chantas, y por lo mismo, cuando se trate de un tema tan  delicado como el futuro de sus vidas, debería tenerse un poco más de respeto por esas señoras que viven pensando en que algo malo puede pasarles a ellas y a sus hijos, que realmente creen que puede llegar el fin del mundo.

Oiga! No estoy hablando estupideces. ¿Sabe? Yo he escuchado a personas hablar sobre el fin del mundo y que creen en cosas que a uno jamás se le pasaría por la cabeza pensar. La falta de educación no es solo palabrería de un grupo de estudiantes. La educación formal es una cosa, pero la formación que respecta a cómo las personas ven la vida es otra. Y es a esa forma a la que hay que tenerle respeto.

Dejemos de alarmar y preocupémonos de informar como corresponde. 

martes, agosto 28, 2012

El terrible Jefe


“No me diga nada a mí, yo soy mandao no más”. “Si tiene algún reclamo hable con el Jefe”.

No estoy clara si tiene que ver con la antigua costumbre de ser dependiente de un patrón o se trata de no asumir algún tipo de responsabilidad. Se me ha hecho algo habitual que el dependiente que me atiende en un local comercial, restaurant, almacén, boletería de cine o de buses, guardia u otro de atención a público no sea capaz de hacerse cargo de ningún reclamo o sugerencia por parte de nosotros los clientes. Lamentablemente, la mayor parte de las ocasiones uno se desquita con el empleado que da la cara cuando algo nos disgusta, pero siendo la cara visible muchas veces no queda otra. Bendito seas Libro de Reclamos, aunque no sé qué tan efectivo puede ser. Nunca me han llamado para presentarme las excusas a mis reclamos.

Justamente ayer, en el Servicio de Impuestos Internos, la señora del mesón de informaciones (muy amable y clara para explicarme todo lo que debía hacer) me recomienda que me acerque a algún ejecutivo para acreditar mi domicilio y poder solicitar el timbraje de facturas para mi nueva empresita. Dado que soy propietaria y por ende contribuyente de mi vivienda (mismo domicilio que usaré como oficina) no era necesario presentar las escrituras de la casa, tema que implicaba ir a mi casa y volver a hacer la tonta fila. Esperé más de 30 minutos para que por fin tocara mi número de turno y el hombre que me atendió me dijo que sin escrituras de la casa no podía hacer nada. Me enfurecí. Me empezó a despachar. Quería decir que lo que me había explicado la otra señora no era cierto. Pedí hablar con la Jefa. El hombre insistía en que no podía hasta que la Jefa le dio la instrucción. Bastaba con el rol de avalúo fiscal de la propiedad que estaba como información entre mis datos del SII. El gusto de hacernos ir y volver y perder tiempo.

“No es mi culpa, a mí me mandan y yo hago mi trabajo”. Entiendo que los guardias hacen su pega y acercarse a “molestarnos” muchas veces corresponde a parte de su trabajo. Que un guardia se reserve el derecho de ingreso al local que tiene encomendado es parte de su trabajo y siendo objetivos, lo está haciendo bien. Pero de que molesta, molesta y a veces mucho más de la cuenta.

El jefe se ríe y todos tienen que reírse. Me van a disculpar, pero yo no me río si no me parece gracioso. No falta el jefe que tira la talla pesada y tampoco faltan los chupamedias que se ríen para hacer causa común con él, aunque el (o la) humillado(a) sea un compañero de trabajo. Con menos razón me río de las bromas con connotación sexual. En la pega no.

A veces me parece que muchos necesitan tener jefe para poder hacer bien la pega. Y lo más probable es que así sea. En trabajos de terreno es común ver que los jornales no trabajen si no tienen a un supervisor encima controlando que hagan el trabajo. Algo parecido se observa en casas comerciales; si no está el supervisor dando vueltas, las dependientas se dedican a conversar entre ellas. Como dicen por ahí: “cuando el gato no está, los ratones salen de fiesta”.

El terrible jefe en un altar. Adorarlo o decirle amén en todo es parte del juego. Ser pateros o dejarse pisotear pareciera estar incluido en la letra chica del contrato. Pero hablar mal de él a sus espaldas también. No tendría gracia juntarse con los colegas a fumarse un cigarrito o salir en la hora de colación sin tocar el tema del jefe. Esperemos que ojalá no se dé cuenta de que sacamos la vuelta, pero también ojalá que se dé cuenta que llegamos temprano pero no lo haga cuando aplicamos zapatillas de clavo.  

Una de las grandes motivaciones que tengo para tener mi propia empresa es precisamente el hecho de querer ser mi propia jefa porque me carga ser apatronada. No me gusta ser dependiente ni que me controlen los horarios, me molesta tener que cumplir las horas de trabajo aunque a veces esté consciente que estoy calentando el asiento. Cumplir por cumplir. Prefiero cumplir por gusto. 

jueves, agosto 09, 2012

Trabajar para vivir



Es una costumbre y gran parte de las veces es una obligación. Salir de cuarto medio y buscar trabajo, salir de la Universidad o Instituto a buscar una oportunidad en el mundo laboral. Para muchos se trata de esperar que ese dueño de empresa, gerente o reclutador de personal se interese en tu Currículum. No hay nada más cliché que la frasecita "Te llamamos", pero curiosamente siempre la ocupan, no sé si por muletilla o por dar algún grado de esperanza al postulante. Angustia. No sabemos si cumplimos con el perfil, quizás las pretensiones de renta eran muy elevadas, dudamos de lo que somos capaces de entregar y hasta pensamos en rebajar el valor de nuestra oferta, por temor a dejar pasar el puesto de trabajo ofrecido.

Nuestros discos duros están programados para encontrar trabajo. Obviamente es más estable tener un sueldo fijo mensual con la salud y la pensión futura aseguradas de alguna forma, que vivir como trabajador independiente viviendo de trabajos esporádicos que no dependen de uno, sino de los clientes. Uno de los factores determinantes a la hora de decidir emprender es el miedo a no saber cómo nos irá, de no saber si va a resultar la nueva idea, si el negocio se ajusta a las necesidades del mercado... traducido finalmente en no poder costear los gastos fijos tanto de la empresa como de la familia.

El miedo me ha frenado muchas veces para tomar la decisión de emprender. Mantener mi casa, pagar un dividendo, las cuentas, la bencina y comer son mis principales necesidades. Todo lo demás puede esperar. He estado venciendo el miedo día a día. Me decidí a formar mi propia empresa, una empresa individual con responsabilidad limitada, de esta forma no pongo en juego mis bienes personales en caso de que no funcione. Ya he realizado mis primeros servicios profesionales y eso me tiene motivada a seguir. No puedo considerar por ahora dejar de hacer lo que hago como trabajadora dependiente, porque con el sueldo mensual costeo mi vida... pero más adelante, cuando mi empresa tome fuerza, quiero dedicarme 100% a ella. Estoy consciente que tomará tiempo pero tengo fe en que va a salir todo bien.

Me han tildado de "valiente", eso me demuestra que a muchas personas les da susto emprender. No soy la única. Vencer ese miedo es lo importante y lo estoy logrando.

Hace unas semanas fui a un taller que me gustó mucho. Trataba como tema esencial la forma en cómo nos ofrecemos a las empresas, de cómo nos vendemos como producto. Más que mostrar un CV uno debe ser capaz de mostrar a quien nos entreviste de qué somos capaces, qué estamos dispuestos a entregar y a sacrificar, cuáles son nuestras fortalezas y qué es lo que queremos lograr. Un ejemplo que dio la coach: "Si un reclutador tiene 10 CV de Ingenieros Comerciales, ¿por qué debería escoger a uno y no a otro? ¿Qué es lo que diferencia a una persona de otra, con un mismo título y misma formación?" Es la esencia de cada persona la que la hace única. Si logramos descubrir cuáles son nuestras virtudes más poderosas y notorias y les sacamos partido, podemos lograr mucho más que alguien que se amolda al resto.

Buscando pega o creándosela uno mismo, lo importante a fin de cuentas en hacer lo que nos gusta y lo que nos hace felices. No se trata de vivir para trabajar, sino de trabajar para vivir. Si ese trabajo nos hace felices ya que pasamos gran parte de las horas de nuestras vidas haciéndolo, podremos transmitir a nuestros seres queridos esa felicidad, la plenitud de sentirnos bien en lo que hacemos. Si amamos lo que hacemos, lo haremos bien.


jueves, julio 12, 2012

En un segundo


Y pensar que mi post anterior hablaba de los peligros de una mujer al volante...


Una mala maniobra hecha sin premeditación. No lo pensé, estaba pendiente de poder salir del servicentro y cambiarme a la pista de la derecha. No pensé en nada más que eso. Lo autos por fin se detuvieron y me dejaron pasar. Logré cambiarme a la derecha y pasé. Crucé la avenida de 4 pistas con un rojo que nunca vi. Todo pasó muy rápido. Me encontré con una camioneta gigante en mi ventana lateral derecha, por otro lado vi un auto rojo que frenaba para dejarme pasar. Y pasé de largo. Reaccioné solo a seguir avanzando lo más rápido posible para poder salir de este enredo de vehículos.

Todo fue culpa mía. Una volada absurda y sin sentido. Últimamente se me ha hecho costumbre andar en la luna y no darme cuenta de algunas cosas. Lo que más me angustia es que pude no haberlo contado. Dicen que a veces uno se salva por pura “cue’a”. Otros dicen que no tenía pedida la hora. Sea lo que sea, la vi fea pero no tanto porque no choqué, nadie salió herido y no produje el accidente múltiple que en un par de microsegundos pensé que ocurriría. No me asusté, no tuve descarga de adrenalina, no alcancé a reaccionar. Cuando me vi liberada me dio calor… y un tanto de vergüenza; mal que mal cometí LA estupidez más grande que jamás haya hecho en la vida.

No he dejado de pensar en lo fatal que pudo ser. En lo frágil que es la vida. Recién me había despedido de mi hija. Todo había sido normal. Emmm, en realidad lo sigue siendo, con la diferencia que pienso y pienso en mi no fatídico final y que tengo que seguir echándole ficha a esta máquina llamada vida.

Quiero saber que estoy haciendo las cosas como deben ser, quiero aprender a lidiar con mis fantasmas y armarme de valor para hacer entender mis ideas y entenderme a mí. No es el momento de partir aún, falta mucho todavía que recorrer. Aunque me dé una tremenda vuelta en círculo, prefiero gastar la suela que quedarme sentada esperando que las cosas pasen sin mí.

martes, junio 26, 2012

Peligro, ¡mujer al volante!

No es desconocido escuchar “te apuesto a que es mujer”, “mujer tenía que ser” o el tan desafortunado “mina”. Somos blanco de tallas con respecto a nuestro mal andar sobre un vehículo y sobre la mala capacidad de cálculo al momento de estacionar en lugares estrechos, pero cabe destacar desafortunadamente, que también existe un porcentaje no menor que se ve complicada incluso para estacionar en lugares amplios.

Debo decir que estoy de acuerdo con esto, aunque particularmente no soy de las malas conductoras. Lo he visto en conocidas, familiares y amigas. Me guste o no, es una realidad.
Llevo más de 10 años al volante, y nunca me he visto involucrada en algún incidente por manejar mal. Dos partes no más. Uno por estacionarme en lugar no autorizado y otro casi-parte (anulado) por no llevar impreso un documento. Las estadísticas dicen que son los hombres los que tienen más infracciones cursadas por malas prácticas en el vehículo y no lo pongo en duda. Peleo de forma constante con esos tipos que se creen súper hombres que pretenden que al hacernos un cambio de luces, nos vamos a cambiar de pista de forma instantánea. “Pasa por arriba CTM les grito. También discuto con los que adelantan para llegar al rojo y quedar al lado de nuestro auto. “Toma cachito de goma”.
Debe ser en parte por mi forma de tomarme la vida, que no es precisamente con Andina, que me enerva cuando la gente no respeta las señales básicas del manejo. Señalizar cuando van a virar a alguna de los dos lados y ojalá que lo hagan para donde dicen que lo harán, poner las luces intermitentes si van a detenerse donde no se debe, ceder el paso cuando no pueden avanzar más de 10 cm si es que no te dejan pasar, no partir con rojo!!! Me enferman los colectiveros y las micros que siempre parten antes. También me enojo con los peatones que pareciera que disminuyen la velocidad de su andar cuando cruzan la calle en los semáforos y pasos de cebra... cuando paso por el centro me siento en la jungla con puros monos saltando entre lianas cuando se me cruza la gente irresponsable. Creen que uno tiene ojos en la espalda... ¿Cómo no cachan que tienen que alejarse un poco cuando uno hace retroceder el auto?

No sé si les pasa, pero cuando una mujer maneja, el hombre que va de copiloto por lo general va dirigiendo el tránsito. Me caaargaaa. De verdad prefiero que maneje él si va a estar dando tantas indicaciones. Los hombres casi siempre nos ven inferiores en temas de autos... y en realidad es así. Obligadamente he aprendido de mecánica, cambio ruedas sola y toda la chaya, pero reconozco que si tuviera a mi pierno peludo para hacer todo eso, lo dejaría. Cuando he cambiado ruedas, sufro porque aunque me pare arriba de la llave no logro soltar los pernos con facilidad... es una cosa de cuerpo y fuerza, no de ganas. 

Volviendo al tema principal de mujeres al volante. Recuerdo una vez que traté de guiar a mi mamá para que se estacionara entre dos vehículos. No hubo caso. No me hizo caso con el giro de las ruedas, formó un taco gigantesco y cuando ya quedaba poco para poder maniobrar de forma correcta, se enojó, se salió del espacio y vino otro y se estacionó en un dos por tres. Dicen que las mujeres no tenemos esa habilidad de tipo espacial que hace que nuestros opuestos puedan estacionarse en cualquier lugar sin problemas. Yo voto que se trata más que nada de seguridad al volante. Cuando una conoce su vehículo, sabe medir las distancias al “ojo” y tiene paciencia para maniobrar como corresponde, no debiera haber mayores problemas.

Lo que sí nos hace peligrosas al volante es la cantidad de cosas que hacemos mientras manejamos y en eso hago mea culpa. En los semáforos me pongo el rímel y/o retoco el labial. A veces reviso el teléfono por si llegaron correos. Cambio la radio, converso con mi hija, hablo por celular, busco un dulce, me fumo un cigarro… y otros, que sin duda no debiera hacer mientras manejo porque son causales de distracción.

No se trata a mi gusto del género. Se trata de la capacidad de concentración frente al volante. He aprendido a no mirar nada que no sea el camino, eso lo hago cuando ‘me llevan’. He aprendido también a no cederle el paso a todos, ya que no todos son gentiles de la misma forma que uno. Si hay que gritar, gritaré, si hay que sonreír también lo haré, pero lo que no tranzaré jamás es que un zángano limpia vidrios pase su esponja por mi parabrisas sin mi permiso. ¡Eso sí que no!

lunes, mayo 28, 2012

Soltera otra vez

Entre el video de las 42 Frases de las Celosas más el estreno de la teleserie Soltera Otra Vez, he escuchado y leído tanto comentario que me dieron ganas de escribir mi propia versión de los hechos.

No me considero celosa, cuido lo que es mío no más jaja. Reconozco que a veces he sido un poco psyco averiguando cosas que no debiera saber o que no deberían importarme, pero que al fin y al cabo, no estuvo de más averiguar. Pero no soy celópata. Confío, quizás es un defecto, pero es la forma en que considero que una debe llevar una relación de pareja si quiere que resulte.

Viendo la novela, a pesar que muchas de las escenas son sobreactuadas, deja en claro un punto importante y es que las amigas siempre están cuando una las necesita y también son ellas las que te hacen poner los pies en la tierra cuando andas con la cabeza en la luna soñando en historias tanto para bien como para mal. 

Es cierto que una se pone monga durante la relación cuando ve que el socito no pesca mucho o la magia inicial se ha ido perdiendo, la rutina se pone densa y por eso me he reído con las frases de celosas porque más de una de esas frases he dicho por inseguridad y sé que mis amigas también. 

Estar soltera otra vez ha implicado volver a armar mi vida. Empezó a sobrarme el tiempo, la comida, los minutos en el celular... Triste en un comienzo, esa tristeza de llegar a casa y ponerme pijama a las 7 de la tarde, llanto contenido de todo un día que explotaba al abrazar la almohada... Por eso entiendo a la mina de la novela. Volver a ver la vida desde un ángulo totalmente distinto, donde cada detalle vale. Las amigas siempre dan consejos y ayudan a  ver las cosas desde distintas perspectivas, pero es finalmente una la que tiene que darse cuenta de los hechos. Una persona me dijo que dejara de hacerle caso al corazón y pensara con la razón. Lo hice. Fue la única manera. Pero duele, a veces duele... y otras no duele y es convincente. Hay que saber donde dejar que afloje la cuerda. 

Los hombres pareciera que son más simples y determinantes a la hora de tomar decisiones. Nosotras damos vueltas mil veces a los temas que nos trastornan, buscamos ayuda emocional, apoyo moral y un cuantohay de explicaciones para entender lo que finalmente queremos entender y creer. 

Yo protejo lo que es mío hasta que me dejan. Si no puedo, no hay nada más que hacer. No hay recetas o por lo menos mi libro de pociones, no tiene las recetas adecuadas. Y aquí estoy. Soltera otra vez.









martes, mayo 22, 2012

Uy qué fríooo


No sé si el verano fue muy caluroso u olvidé lo frío que es el otoño en esta ciudad, pero ando insoportablemente intolerante al frío. No es de floja que no me levanto en la mañana, es porque mi cuerpo tiene una incansable pelea con las sábanas... adivinen por qué; obvio, porque mi camita es lo más acogedor que hay en el mundo y me gana la batalla contra el frío. Pero no dura mucho. Después de la pelea de todas las mañanas, tengo que levantarme igual y comienza el suplicio y el sufrimiento porque odio salir de la ducha y recongelarme. Por lo menos me salva mi calefactor que se ha vuelto mi mejor amigo contra estos días, tardes y noches de frío.


No basta con todos mis accesorios anti frío. Uso gorritos de lana, bufandas, pañuelos y abrigos, incluso polainas, pero de todas formas me recago de frío. Estuve averiguando por qué siento tanto las bajas temperaturas, una de las razones puede ser que mis hormonas tiroideas TSH están disparadas... fuck, todavía no he ido al endocrinólogo. Negligencia no más. Bueno, pero el tema importante es que independiente de los motivos parezco hija única con toda la ropa que me pongo, en la pega me preguntan todos los días si tengo frío porque solo me falta el saco de dormir y el pasamontañas. Me da lo mismo andar abrigada, pero me está comenzando a hartar la misma pregunta una y otra vez. Además que considero que me veo regia con mis gorritos, aunque algunos crean que me parezco al hongo de Mario Bros.

Quizás lo que más me aproblema del maldito frío es que se me infla el colon cuando es mucho, se me parte la cara, se me congelan los dedos usando el mouse y cuando camino contra el viento mis ojos no paran de llorar, así es que ni pensar en maquillarme mucho, no vale la pena.

Yayaya, después de tanta queja, lo bueno es que por lo menos el frío puede evitarse abrigándose mucho o sumergida en frazadas. En eso le pega mil pata's en la guata al calor, que por más que uno se empelote, llega un momento en que no es posible sacarse nada más. Me conformo con que solo durará unos meses... por ahora ¡benditas sean las bufandas, gorros y guateros de mano!

lunes, mayo 21, 2012

Linda frente al dolor


Cuando se acaba una relación de amor, el dolor se hace presente. Es normal sentir pena y desolación. Nos preguntamos por qué, qué habremos hecho mal, algunas somos masoquistas y nos inventamos motivos equivocados de por qué nos dejaron de querer. 
Muchas de esas veces creemos que tenemos toda la culpa y nos echamos para abajo. Lo peor es que pensamos que nunca vamos a poder superar el dolor. Importante es tener claro que esa sensación es temporal, que aunque suene cliché, el tiempo ayudar a olvidar y a sanar hasta las heridas más profundas ¿Y qué mejor que un cambio radical para volver a empezar?
Si estás en una etapa triste por culpa del desamor, te propongo que trates de hacer lo siguiente:
Cambia de look: Un nuevo corte de pelo o cambio de color, una manicure, una depilación distinta a la habitual (una brasileña, por ejemplo, solo para sentirte diferente). Si tienes algunos pesos de más, renueva tu clóset, vende o regala ese vestido que usabas para salir con él, cambia las zapatillas por zapatos más top… hay un montón de cosas que puedes hacer con tu cuerpo para sentirte mejor.
Haz ejercicio: Inscríbete en un gimnasio. La liberación de endorfinas es una buena forma de liberarte de la pena. Y además trabajas tu cuerpo para sentirte en forma y más regia.
Mueve los muebles de tu casa: Saca todas las fotos que te recuerden que él estuvo ahí. Cambia los muebles de lugar para que las energías estancadas se muevan. Además de cambiar el aspecto de tu hogar, podrás encontrar mejores formas de decorar. Quizás ese florero se vería mejor en otro lugar.
Sal con tus amigas y amigos: Una salida con tus amigas para desahogarte, te hará bien. Acepta invitaciones de amigos, arréglate como si fueras a una cita, aunque no lo sea.
Nunca olvides que eres lo más importante para ti misma. Si piensas que todo irá mal, lo más probable es que así sea. Cree en ti. Si no te quiso, alguien más lo hará. Si logras darte cuenta de cuáles fueron tus errores, intenta no volver a cometerlos. Las relaciones de amor son de a dos, pero la relación que tienes contigo misma es solo contigo. Si no te quieres tú, no esperes que otro lo haga por ti.
A pesar del dolor, nunca olvides de sonreír a quienes quieren verte feliz.

lunes, mayo 14, 2012

Mi primer parte

Hace un par de años dejé mal estacionado mi auto en una calle céntrica de Concepción. El resultado es obvio. Me dejaron un parte empadronado sujeto con el limpia parabrisas. Era obvia la infracción, no tuve ni derecho a pataleo y lo pagué sin chistar.

Sin embargo, hace una semana tuve un episodio muy diferente y creo necesario comentarlo.

Si bien reconozco que no cambié una de las luces de navegación que llevaba quemada durante más de un mes, no pensé que fuera tan grave dado que el auto tiene luces de estacionamiento que se mantienen siempre encendidas. Estaba equivocada.

Fue un día de mierda. Lo había pasado pésimo. Mi carga emocional era desmedida. Venía de vuelta de la Universidad porque me había juntado con una compañera de Magíster a preparar un trabajo. Estaba cansada y un poco triste. Nada podía ser peor... mentira. Sí podía serlo.

Entrando a San Pedro por el Puente Llacolén me para una Carabinera. Mi corazón saltó. No tenía impreso el Seguro Obligatorio del auto, sumado a que llevaba el foco quemado. No pude mentir por el foco. El SOAP lo llevaba en digital en mi computador, pero no me lo aceptó. Me dice lo siguiente: "Por no portar la documentación, se va a ir a la Comisaría y su auto queda a disposición del Tribunal". Pregunto: "Qué significa que queda a disposición del Tribunal". "Su auto se va a los corrales". Cuando escuché eso, casi se me cayó el mundo. No podía ser tanta mi desgracia. Tuve que llevarme a un paco de copiloto hasta la 6° Comisaría de Michaihue. En el camino le conté todo lo que tenía que hacer. Mi garganta estaba a punto de reventar.

Llegamos a la comisaría y cuando llamé a mi mamá para pedir ayuda exploté en llanto y no pude parar de hacerlo hasta que estuve de vuelta en mi casa. Me sentía desamparada, vulnerable y sola. No sabía qué hacer. Sentí que la nube negra me envolvía. Fue una experiencia demoledora emocionalmente.

Sé que fui exagerada, porque lo más probable es que nadie más que yo sea tan llorona. No pude controlarlo. Me desarmé.

Como resultado, logré finalmente que me imprimieran el famoso seguro en la comisaría. Debo haberles tocado la fibra sensible a los pacos. Ya imagino cómo me deben haber pelado. No tengo mi licencia aún. Ya arreglé el foco. Ya imprimí el seguro. Aún no pago el parte.
Mis descargos son los siguientes: Dado que la Ley de Tránsito no ha sido modificada desde antes que se permitiera pagar los documentos del auto por internet, dice que deben portarse los documentos de forma obligatoria, pero no dice específicamente en qué formato.  Además, yo portaba el documento, lo intenté mostrar y no lo quisieron aceptar. No tengo antecedentes, no soy una delincuente. La falta de criterio me molestó. Y más aún el hecho de que me dijeran que me iban a dejar retenido el auto en esos corrales. Lo más probable era encontrar el auto desmantelado cuando lo fuera a buscar.

Solo me queda ir a pagar el parte y presentar los descargos para ver si me rebajan el monto.

Ahora me queda la sensación de que la nube negra se fue, que no estoy sola, la alegría de saber que siempre podré contar con mamá y papá, que mi hermana me acompaña en todas y que mi hija me quiere más que la luna el sol y el g..ato.

jueves, abril 26, 2012

Normal


Quizás es normal sentirse sola cuando durante mucho tiempo no te faltó el afecto, la compañía y la protección. Quizás fue normal proyectarse al futuro con la felicidad caminado al lado.
Tal vez también sea normal esperar que las cosas vuelvan a ser como antes, cuando todo era perfecto y no había mayores preocupaciones.
Normal dicen que es sentirse mal después de alguna crisis y también dicen que es normal que las penas pasen y que el tiempo soluciona todo.
Debe ser normal también estar pensando que algo debe cambiar, que las cosas no pueden quedarse estancadas.
Debe ser normal tratar de mejorar cada día, normal de tener esperanza en un futuro mejor.
Normal es dejar el pasado atrás y creer que todo fue por algo.
En este proceso de normalidad, no me siento normal, no creo que todo sea tan normal.

domingo, marzo 18, 2012

Crisis

"No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar ’superado’.

Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla" (Albert Einstein)

Ley 0 alcohol

Dicen que el alcohol ayuda a evadir los problemas, pero no hay nada más placentero que una buena conversación con los amigos.

Anoche, todos asustados con la nueva ley de tolerancia cero al alcohol, muy pocos se atrevieron a beber. Incluso aquéllos que no manejaban, haciendo causa común con los demás. Manos vacías, muchas risas, buena conversación. Detalle: faltaba bebida y como nunca había visto en un carrete de adultos, había Kem Piña jajaja.

La cerveza sin alcohol se hacía notar. No es lo mismo, estamos claros. No tiene tan buen sabor cuando la pruebas por primera vez, sin embargo es un buen placebo y mantiene la mente clara. Lo mejor, cero caña.

Primera vez sin alcohol y creo que fue una buena reunión. Creo que no va a ser tan terrible, siempre y cuando tus amigos no se pasen de curaos y después tengas que andar trasladando bultos. Es harto más desagradable cuidar ebrios cuando uno está sobrio.

De todas formas, debe considerarse que en esta ciudad no existe un tránsito continuo y barato de taxis para desplazarse en la ciudad, menos cuando se trata de ir de una comuna a otra. Las autoridades deberán fiscalizar los cobros de traslado de personas en taxi. En Santiago el taxímetro marca cada $80, en Conce marca mínimo $120. Por 3 cuadras los choferes cobran desde 3 mil pesos y pareciera que cobran de acuerdo a tincadas inmediatas, dependiendo de cuánta gente se suba al taxi. Al parecer no hay control. Falta trabajar en este tema. Sobretodo, considerando que Concepción es una ciudad que tiene mucho movimiento de carrete nocturno, las calles no son seguras para transitar a pie y el poder adquisitivo de quienes salen no es tal para que "sobre" la plata para gastarla en traslados.

Comparto plenamente que manejar ebrio es un peligro, no obstante  espero que resulte subir los rangos de tolerancia, por lo menos para poder tomarse tranquilamente una copita de vino junto a un asado. No seamos extremistas...

 Aquí les dejo los rangos: