viernes, junio 26, 2009

Qué es la vergüenza


Alguna vez declaré ser tímida, pero nadie nunca me creyó. Debe ser porque definitivamente no lo soy…

La timidez va asociada a no atreverse más bien por miedo al ridículo o a enfrentarse a una situación incómoda por inseguridad del personaje en cuestión, más que al hecho de no tener el valor por una simple vergüenza en particular. Particularmente, no me da vergüenza hacer cosas locas frente a gente, ya vencí el pánico escénico sobretodo al momento de pararme en un escenario a cantar, no me importa enfrentarme a nadie, a excepción por supuesto de esas típicas trancas de miéchica con algunos profesores de la Universidad… jajaja


Pero sigo viendo amigos que le tienen miedo al ridículo aunque ni siquiera tengan que hacerlo, gente que no es capaz de enfrentarse a un público a defender una idea porque les da vergüenza, personas que evitan los conflictos aunque estén en absoluto desacuerdo con las opiniones vertidas… no hay nada peor que pasar una vergüenza y esperar que te trague la tierra… ¿pero será para tanto?

- Hace pocos días me mandé un condoro… mandé un mensaje de texto a la persona equivocada… y más encima me respondió!!!! Jajajajja

- Conociendo a los padres de un ex, que más encima estaban con visitas, llega el momento de saludar y ¡plaf! boto la copa de vino que se derrama sobre el pantalón del invitado!!! Jajaja

- Primera vez que asistía al cumpleaños de una amiga y al momento de saludar no me fijé que había una botella de cerveza en el piso, abierta con la tapa sobrepuesta. La pateé, no se abrió, pero con el movimiento empezó a tratar de reventar hasta que lo logró: la tapa salió volando y mojé la mesa incluyendo pancitos, invitados, alfombra y yo!!! Jajajaja

- Haciendo todos los intentos posibles para bajarme de la micro que se había pasado el paradero (cuando sólo tenían la puerta delantera), grité al chofer… una vez que logré bajar, pongo un pie en el piso y ¡¡¡Plafff!!! Al suelo, con el grito de dama “¡conchadesumadre!”… salió volando mi sueco que cayó en la calle, me rompí el codo y la rodilla y todos los pasajeros miraban a la loca que se cayó de la micro ajajajaa

- Otras: me caí en el colegio y se me vieron los calzones varias veces, una vez se me arrancó la toalla y se me vio todo aquello que no se muestra en las piscinas, me pillaron pelando a alguien diciendo “está cagao de la cabeza, qué se cree?”, siempre derramo jugos y salsas en los manteles de la casa a la que me invitan y doy a entender que es una falla genética jajajaj

Habiendo pasado pruebas tan desastrosas como éstas (que suman muchas más) creo que ya nada me da vergüenza. Suelo reírme de mí misma, la autorreferencia a veces es por lo mismo… aprender a vivir con todas las pifias y tratar de mejorarlas cada día…

3 comentarios:

  1. Si, lo mejor es reirse de uno mismo, pa que tanta gravedad.

    Yo igual siento que soy tçimido, aun siendo totno viejo, auqnue ya quedan pocas cosas a las que no me arriesgo.

    Y chascarros, uy, si, por montones.

    COmo te ha ido en tu trabajo+

    saludos.

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  2. jo¡¡¡¡ cuánto tiempo que no venía por aquí.... ested tímida...¡no creo!!. Veo que sigues en esto, te felicito.

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  3. Creo que no puedes dejar de sorprenderte, la capaidad de verguenza del ser humano es inconmesurable, y depende de nuestros "procesos". Saludos.

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