Es cíclico. Una vez al año, dos veces al año y sobretodo en los cambios de estaciones drásticas.
Me declaré feliz en algún momento y siento que debo estarlo, sin embargo no me siento completamente feliz. He logrado muchas cosas en poco tiempo, independizarme con mi hija, mi tan ansiada casa está habitada desde febrero, anhelaba un perro que coletea en la casa de mi madre, afortunadamente tengo trabajo y amigas y amigos que me apoyan cuando los necesito.
Ya sé que es cíclico y lo tengo asumido como tal. ¿Cómo hago entender a otros este asunto? No es un tema de estrés (aunque puede que por ahora sí tenga algo que ver), no es falta de cariño, no es falta de plata... pasa por una necesidad interna de sentirme bien conmigo misma.
Cuando yo permito pasarme a llevar en algunos aspectos, me frustro. Me duele el alma, me duele el ego. Ya, digamos que me duele el corazón.
Siento que gran parte de las veces hago las cosas como deben hacerse y cuando no, trato de arreglarlas para que no se note tanto. No me creo con la verdad absoluta, pero intento tener una visión más amplia de lo que ocurre, leyendo, informándome, para evitar hacer comentarios que no conducen a ninguna discusión productiva.
Paso por esta parte del ciclo donde el circulo queda como "guateado", como elipse, alejada de mi centro y de lo que realmente me mueve. Es que me pasé a llevar el alma, y lo peor es que me duele. Y hace días que me duele.
Trato, dentro de mis posibilidades, de hacer bien las cosas. Pero me caigo en tonteras muchas veces. Parezco adolescente quejándome, buscando razones en la madurez. Porque ya no podría decir que me falta madurar. Si ya han pasado varios años y varios porrazos con lo que sí o sí aprendí. Esos porrazos son los que me hicieron así, menos conflictiva, más coherente, más de buscar la palabra por la buena que por la mala, de razones y buscar formas de solucionar los problemas. Antes era una cabra chora. Irreverente. Alegona. Quería cambiar el mundo a mi pinta. He perdido parte de esa esencia, aunque a través de estos medios escritos la mantengo. Eso era lo que más me distinguía por esos años cuando no me importaba nada. Por lo menos mantengo mi sentido del humor.
El ciclo está en su peak. Me duele estar en este punto. No me siento bien, no me siento conforme. Soy demasiado autocrítica y lo reconozco. pero por lo menos lo hago. Sé encontrarme los defectos, porque mi capacidad de análisis interior me supera y me obliga a mejorar los aspectos que considero negativos. Cuando no lo logro, me frustro... y así va el ciclo.
Necesito sentirme feliz. Un abrazo ayudaría bastante y palabras de ánimo para que no me duelan tanto el alma y el corazón.
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