La angustia que nos produce como país la desaparición del avión donde viajaban 21 compatriotas es innegable. Reconozco que solté más de una lágrima viendo las imágenes, viendo las caras y muestras de dolor de aquéllos que compartían el día con ellos y de las personas comunes y corrientes que manifestaban su tristeza a las afueras del canal donde pertenecían 5 de los accidentados. Pero no considero que solo deba concentrarse la información en eso.
Hace una semana no se hablaba más que de la muerte de Manuel Gutiérrez a manos de Carabineros, la renuncia del General de Carabineros, la huelga de hambre de los estudiantes secundarios y de las movilizaciones de los estudiantes por una Educación Gratis y de Calidad…
No sé si es por la falta de acceso a otro tipo de información a través de los medios nacionales o porque somos un país muy pequeño, pero no deja de llamarme la atención lo monotemáticos que somos cuando sucede algo de relevancia.
Mañana comienzan alegatos sobre Hidroaysén, los estudiantes siguen en huelga de hambre, el Presidente volvió a bajar su aceptación en las encuestas, se entregó el asesino del empresario italiano, se esperan respuesta con respecto a la reunión del sábado entre estudiantes y el ejecutivo…
No me siento ajena al dolor de lo sucedido. Me afecta no entender por qué suceden este tipo de cosas, sobretodo con gente que era necesaria en vida. Pero también entiendo que hay otro tipo de situaciones que ocurren en el país y en el mundo. Hablar de un tema hasta agotarlo lo único que logra es que en el futuro se olvide.
Espero que la temprana muerte de los 21 nos ayude a querer más, a entregar más y exigir menos a la vida. Que la fuerza de Felipe Cubillos no se diluya en el tiempo y permita que muchos más abramos los ojos para mejorar este país. Que la simpatía y carisma de Felipe Camiroaga queden siempre grabados en nuestros corazones.
Hace tanto que nadie postea los comentarios, que no puede haber mejor oportunidad que esta...
ResponderBorrarLa muerte sólo revela el lado más débil del ser humano, somos lo que somos y no más.
21, 40 ó 50, en poco tiempo nada dejarán, más que la alegría para quienes se sintieron incómodos con el poder de comunicación de uno, que adhería a las causas sociales, y de otro que hacía lo que el Estado no hace, disponiendo de mínimos recursos, frente a un Estado super poderoso. Obviamente ello incomodó a sectores, que festinan con estos hechos, quizá hasta los inspiren.
Sin ser extremo, ni querer desviar el tema que propones, en cuanto es necesario no perder de vista todo lo demás que ocurre en nuestro querido terruño, la perfecta planificación de toda esta trama, deja en evidencia que todas las causalidades que en torno a ella se han sucedido, es difícil creer...sean casuales.
Otras muertes que no sirvieron para nada, la historia del mundo.
Hasta pronto.
Abrir los ojos... que fácil ejercicio, pero parece que está olvidado.
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