sábado, mayo 29, 2010

Prejuicios, juicios y cahuines


¿Cuántas veces nos hemos hecho una idea de una persona sólo por una tincada? En muchas ocasiones el simple hecho de haber escuchado hablar mal de alguien nos genera una visión equivocada de su persona, el famoso "me dijeron" o "me contaron" nos entrega un panorama erróneo pero que aceptamos en primera instancia, porque es más simple digerir lo que está masticado que hacer el intento de probar y conocer por cuenta propia.


Decir “me contaron”, “me dijeron” o el típico “dicen”, desde que se menciona es 50% mentira (se lo robé a T. Lasnibat)… y por la cresta que somos poco inteligentes cuando lo utilizamos, porque es una analogía al juego del teléfono: la información se traspasa de boca en boca con la interpretación personal y en cada destino tiene un significado diferente al anterior.


Los prejuicios sobre personas o lugares se generan porque estamos acostumbrados a un estándar dependiendo de nuestro entorno. Podemos encontrar cuicos a nuestros vecinos, pero podría ser que nosotros somos los cuicos para ellos. Va a depender de la percepción inicial que se tenga tanto del vocabulario, de la cultura, de la creencia, de la ropa, y tantos factores que nos hacen pensar que los demás son tan distintos o similares a nosotros.


Nuestros miedos a ciertas personas, la timidez, la falta de entrega en las relaciones tanto de amistad como de pareja, tienen que ver en cierta medida con la propia percepción. Tiene que ver con el grado de autoestima que poseamos, si encajamos o no en los grupos, y con la capacidad de expresarse correctamente para no ser mal interpretados.


Muchas personas viven de prejuicios, por flojera mental de pensar distinto al resto porque le resulta más cómodo, otras porque no se dan cuenta que puede haber algo distinto y otros porque en realidad no son capaces de indagar más allá de lo evidente.


Los prejuicios han existido desde siempre, debe ser por un asunto de instinto e intuición a no acercarse a lo que nos pueda provocar daño, pero la clave está en lograr entender que muchos de ellos están equivocados, que si uno se propone entender y conocer, es posible cambiar las percepciones equivocadas y lograr estar en mejor armonía con el entorno.

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