miércoles, diciembre 19, 2007

Opiniones...

Que yo crea que tengo razón, no implica que los demás no puedan estar en lo correcto… el punto de vista personal es, obviamente, sesgado y depende mucho de cómo cada individuo percibe las cosas, de su formación, de su entorno, de sus vivencias, ente otras…


Digo esto con una patudez y una soltura que ni siquiera yo me la creo… aunque en cierta forma, sí me la creo… pero no saben cuánto cuesta entender que cada quien tiene la posibilidad de pensar diferente a otro. Lo vemos a diario en los noticiarios escuchando a nuestros estimados políticos que se enfrentan por tener puntos de vista diferentes frente a temas que a pesar de ser de interés común para nuestros compatriotas, no son conjugables producto de las diferencias de opinión.

Me gusta discutir de cualquier tema y soy bien sincera cuando alguna materia me supera. Si es no sé de qué diantres estamos hablando, suelo decir que me declaro ignorante frente al, y jamás opino sobre algo que no sé.

Hay gente que se hace famosa por ser los contreras, los que opinan por todo, los que no pueden quedarse callados...

Me enferman las personas que opinan sobre temas que no manejan, sobre algo de lo que jamás habían escuchado y que, por ende, su opinión se basa meramente en supuestos y frases como “es que puede ser que…”, “quizás, lo que esta persona estaba pensando…”, “probablemente, lo que pudo haber pasado…”, “ponte en el supuesto que…”.



Peor aún es que cuando un individuo no permite el punto de vista de otra persona. Creo en la tolerancia, aunque llega un momento que me reviento… Dar la opinión y querer ser escuchado, implica directamente que uno tiene que ser capaz de escuchar (no necesariamente compartir) la opinión de otros. Cuando esto no sucede, se produce ese monólogo que pocos somos capaces de aguantar… Más enervante resulta cuando un individuo, aparte de creerse con la verdad absoluta, menoscaba tu opinión, te hace ver de mil formas que estás equivocado, que tu punto de vista es absurdo, estúpido, sin fundamento…

Por otro lado, creo que dentro de las cosas más importantes a considerar es que la FORMA en que uno se expresa, debe ser tal, que los demás no se sientan atacados… los brazos en alto, las manos empuñadas, los golpes en la mesa, los dedos acusadores, los ojos irritados… todos esos ademanes por un lado demuestran demasiada autoridad e intimidan, o bien, molestan a otros, sobretodo cuando esas personas son desconocidos.

Soy una convencida de que las relaciones humanas llevaderas en el tiempo se basan en saber cómo enfrentarse a los demás, en entender que todos somos diferentes, que tenemos puntos de vista diferentes, y que nuestros pensamientos y reflexiones van a estar relacionados con nuestras experiencias de vida. No podemos esperar que seamos todos iguales, porque jamás será así.

De todas formas… por más que trato de entender el por qué de la forma de ser de los flaites, no logro entender… y tampoco entiendo las actitudes animalescas de los hinchas azules y albos, tanto en el estadio como en su diario vivir…