Buscando la frase "nada vale más que tú" en Google, con el objetivo de encontrar alguna foto con texto como la que justamente publico en este post, encontré este mensaje que me gustó y considero interesante de analizar.
He leído en redes sociales quejas incansables contra el Gobierno, contra el mundo, contra las injusticias y/o contra alguien desconocido (vía indirectas). Escucho todos los días reclamos con respecto al trabajo, a los viajes estresantes para acudir a él; yo me quejo de tener que viajar todos los días en tacos agotadores, apestosos, enfermantes para llegar a trabajar esclavizada en esa comuna que odio, en una oficina donde debo cumplir con mi trabajo y con temas anexos para lo que fui contratada... y me quejo, y me quejo, Ustedes se quejan y todos nos quejamos.
Y de tanto quejarme, me llega un pensamiento del diablito bueno que me dice: "agradece que tienes trabajo", "valora lo que tienes y no lo que no tienes"... Todos los días llegan hombres en busca de trabajo a nuestra oficina. Algunos vienen recomendados, otros, probando suerte. Lamentablemente a todos hay que decirles que no. "No hay pega", "no hay vacantes", "no estamos recibiendo papeles", "vuelva en Agosto" (partimos en Diciembre diciendo que partíamos en Febrero... y seguimos pateando el tiempo... ya vamos en Agosto). Por ello, me vuelvo a repetir: "valora lo que tienes", "agradece que tienes trabajo". Y más aún... me da el estado melancólico EMO y me digo: "valórate".
"Valórate"... Claro que me valoro. Me creo la raja. Pero de tanto creerme la raja, me angustio, porque no siempre me resulta todo lo que ansío. Quizás debería ser más humilde. Por lo mismo me quejo. Por falta de humildad. Por ambiciosa y a veces arrogante. Yo me autoevalúo de forma permanente. he sido pedante, he actuado de forma impulsiva cuando algo me desagrada, a veces contesto pésimo, soy demasiado sincera con las emociones. Pero las emociones pencas, la rabia y el miedo son las que me superan. Porque para la alegría y la ternura sale el osito de felpa que llevo dentro. Y no es la rabia de andar enojada por la vida, es la rabia de tratar de defender lo que es mío, lo que considero correcto, pero a veces de forma equivocada, IMpolíticamente correcta. (Admiro sinceramente a las personas de los callcenter por mantener la compostura a pesar de que uno les dice un cuanto hay de pesadeces y negativas a sus ofertas). Lo peor de todo es que me doy cuenta. Cuando uno se da cuenta de lo que hace se somete al peso de la conciencia... y eso sí que es complejo.
Y así es como viene al caso el texto de la foto:
Si sufres, es por ti
Si te sientes feliz, es por ti
Si te sientes dichoso, es por ti.
Nadie más es responsable de cómo te sientes,
sólo tú y nadie más que tú.
Tú eres el infierno y el cielo también.
Si sufro es por mí... un estado creado. No hay razón para sufrir. No me falta nada para desenvolverme en la vida. Miro a mi alrededor y lo único que me falta a veces es no sentirme sola... por ahí va el tema. Pero no hay motivos. Es por mí. Pero... me hacen sufrir los malos recuerdos que no se van, la falta de empatía de la gente, un grito injustificado, una reacción violenta... eso sí que me hace sufrir.
Si me siento feliz, es por mí. Por todo lo que he logrado, por mis éxitos y los fracasos que me han ayudado a crecer, que me han enseñado a esforzarme cada día. Me siento feliz con cosas súper simples. El ruido del mar, una fogata con fuego crepitando, una puesta de sol, una cucharada de manjar, un "hola, me acordé de ti", un abrazo cariñoso, un chocolate de sorpresa... Aunque no me gustan los regalos. Prefiero gestos con sentimiento, por sobre todo. Las cosas se compran, se pierden o te las roban. Los momentos quedan para siempre.
Nadie más es responsable de cómo me siento. Todas las emociones las creo yo. Autocontrol. Valorarse.
Yo soy el infierno... y el cielo también. Yo creo el entorno donde quiero vivir. Por eso me abstraigo del entorno global. Ya no me interesan las noticias de la TV, no leo los diarios a menos que sea para buscar algo en particular de lo que deba informarme. Estoy desilusionada del país en el que vivo. País culiao. Por eso me abstraigo y vivo en mi entorno directo e inmediato.. con la utopía de que algo hago para cuidar el planeta por medio del reciclaje. Yo soy el infierno y el cielo también.
Cada uno es quien quiere ser y logra vivir de acuerdo a sus posibilidades. Las cosas no son todo. Los momentos, la esperanza de algo mejor cada día creo que es la base del éxito. Por mí. No por los demás. Por mí, por mi necesidad infinita de sentirme plena, aunque sea de forma esporádica. No es egoísmo ni egocentrismo. Es ser. Sólo ser. Por mí y por nadie más. Porque para mí "nada vale más que yo".
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