
Dejé el gimnasio de lado. Me prometí a mí misma seguir yendo al gimnasio durante la época de estudio, total,
"no me quita tanto tiempo" decía yo. Pero el gran problema fue que no tuve tiempo suficiente. Esa horita semanal no la tuve y simplemente lo dejé de lado ...
Ojalá me hubiera visto así. Resulta un tanto provocativa la foto, pero veámosla como un dibujo...
Hace dos años... durante febrero iba todos los días al gimnasio. Me pasaba 2 horas ahí, entre las máquinas de acero y los tipos sudorosos. Y lo pasaba bien, me relajaba y lo mejor de todo es que mis calugas empezaban a notarse. Llegó a impresionarme la tonicidad de mis brazos y lo apretadas que llegaron a ponerse mis piernas. Me sentía halterofílica y super deportiva. Fue tanta mi obsesión por los músculos en mi guata que llegaba a mi casa a hacer más abdominales, unos 200 diarios más o menos. Me sentía estupenda. Incluso las estrías que quedaron de mi embarazo se atenuaron demasiado. Lo único que faltaba era tonificar la piel. Con ayuda de cremas modeladoras y reafirmantes, más mis cientos de abdominales semanales, lo logré.
Bueno, como ya les conté ya no he ido más al gimnasio... Dejé de lado esa "pasión" de unas semanas. Dejé de lado la super dieta con pan diet, lechuga de almuerzo para terminar comiendo todos los días una empanada napolitana.
Para ir al gimnasio de Bellavista (un club deportivo) necesito unas 2 horas y media diarias, las que no tuve ni tengo, porque este semestre en realidad a esta altura se ha vuelto completamente caótico sumado al estrés que tengo por las
ansisas de terminar este último semestre!!!

Sigo con el tema del gimnasio. Me impresioné algunas veces viendo a unos adultos bastante mayores haciendo pesas, y HACIENDO PESAS EN SERIO. Trataba de imaginar a mi papá en lo mismo, pero no pude imaginármelo, como ni siquiera usa polera no pude hacer la analogía.
En el gimnasio no falta el jote. Considerándome bastante potable dentro de lo que había en el gym a las horas que yo iba, no me faltaba el jote. Era divertido, porque nunca pretendí algo. Sólo me reía haciéndome un poco la interesante. No creo ser la única que ha pasado por algo como esto. Y los varones, que tratan de hacerse los forzudos y se ponen a transpirar como chanchos, juran que para nosotras eso es lo más sexy y viril que hay. Llega un punto en que pasan a verse bastante asquerosos, sobretodo cuando tienen toda la camiseta mojada y el sudor les cae a gotas por la frente, puaj! Sin embargo, no puedo negar que unos brazos bien marcados me producen una cierta admiración... bueno y qué decir de un abdomen esculpido... mmm.
Haciendo alusión a todo este tema del físico, reconozco mi obsesión por la delgadez. Todas deberíamos reconocer que nos gusta estar delgadas... También reconozco que si me sobra guata es porque dejé de hacer los abdominales mágicos y la Napolitana se está haciendo notar después de haberla tenido unas semanas dentro de mi dieta.
Tengo una obsesión por las galletas. Siempre hago alusión al monstruo come galletas de Plaza Sésamo, pero como que nadie me cacha la talla. Da lo mismo de qué tipo sean (ignoremos las de soda y agua, esas no corren) me obsesionan. Y paso planchas en cócteles o cumpleaños porque no puedo evitar tratar de comérmelas todas. Nunca lo he hecho, pero mi primera impresión es una desesperación absoluta por no saber por cuál empezar, y después impulsivamente me las como de dos mordiscos. Pierdo toda la finura, la elegancia. Es que me gustan muchísimo las galletas. Algo muy parecido me ocurre con las tablas con queso. Menos mal que no es tan común encontrarse con una tabla de quesos...Edam, Gruyère, Rockefort, Queso Azul, Camembert mmmmmm... porque ahí sí que estaría convertida en una bola de manteca.
Y el colon, el famoso y detestado colon. Gracias a él controlo un poco las cosas y las cantidades que ingiero, porque me pasa la cuenta prácticamente todos los días. Estoy condenada a comer sanito y poco. Mejor, en todo caso, porque si pudiera me comería todas las empanadas de queso del planeta y las papas fritas también. Pero partitía con las empanaditas. Ñamiñami.
Prometo volver al gimnasio. Durante las vacaciones de invierno espero darme un tiempo para mí, y el próximo semestre junto con la memoria (tesis) recuperaré mis calugas...
Prometo comer menos galletas y no prometo no comer queso cuando encuentre una tablita...
Confieso que acabo de comer Zucaritas :S...