lunes, agosto 26, 2013

Mi propia compostera

Hace tiempo que tenía ganas de crear compost en casa en base a los desechos orgánicos de la cocina. Además de disminuir la cantidad de basura generada, puedo satisfacer las necesidades de tierra vegetal para las plantas de mi casa.

Hace muchos años en casa de mamá se dejaban las cáscaras de frutas y verduras, además de las de huevo, detrás de un quincho de ladrillo. El patio se remodeló y la compostera de ese entonces desapareció.

Mi madre volvió a hacer su compostera en casa e incluso tiene lombrices que se comen en desecho orgánico. Las lombrices comunes lo único que hacen es airear la tierra, pero no ayuda mucho en la descomposición de los vegetales... están pendientes para dejar lista mi compostera casera.

Así fue cómo creé un espacio en mi patio para la compostera


1° Elegí una esquina para que quedara protegida y no moleste al tránsito. Además de esto, permito que tenga alternancias de sol y sombra.



2° Tuve que desmalezar un poco. Me encontré con una tiera naranja que desconozco de dónde proviene. Hice 4 hoyos e introduje unos palos de 2x2" que me sobraron de una obra de construcción. Idealmente, la madera debería estar impregnada en algún producto que no se pudra. En este caso, la usé tal cual, así es que ya tengo claro que en un año más debo cambiar los palos si es que están muy podridos. Mojé el terreno y apisoné los maderos para asegurarme que quedaran firmes.

     


3° Tenía en la bodega un pedazo de malla plástica verde. La altura creo que es de unos 50 cm, suficiente para empezar. Corté el trozo que me servía para rodear el sector de mi compostera, de este modo queda protegida de gatos intrusos y mantendrá confinada la tierra.


4° Una vez terminada la estructura... ¡¡vaya qué gran obra!! le agregué una bolsa de compost preparado, revolví un poco. Una bolsa de 8 lts vale aproximadamente $1.300, aunque recomiendo unos 24 lts por lo menos. Con una bolsa no me alcanzó y tuve que comprar más. 


5° La inauguré con unas cáscaras de huevo, tomate y pepino del almuerzo del día domingo.

Espero que resulte bien este nuevo intento para aportar un poquito con el medio ambiente.

En resumen ocupé: 
- 1 palo seco de 2x2" de 3.2 m 
- Malla plástica (puede ser metálica de agujero pequeño también)
- Clavos para afirmar la malla (pueden ser grapas)
- Compost preparado, 3 bolsas de 8 lts.
- Muchas ganas :D






jueves, agosto 22, 2013

La mujer, el trabajo y el hogar

De acuerdo a Wikipedia, la doble presencia es un concepto utilizado en sociología del trabajo y en los estudios de género para definir el doble papel que desempeña la mujer como dueña de casa y como trabajadora asalariada. De esta forma, la figura de una mujer que además de preocuparse por rendir bien en su trabajo, debe mantener en orden las tareas del hogar y satisfacer las demandas de sus hijos y su pareja. Se pone énfasis en que la doble presencia afecta principalmente a las mujeres por sobre los hombres, debido a que estos últimos de acuerdo a las estadísticas no ha tomado un rol a la par con la mujer con las labores domésticas, salvo casos excepcionales.



Cuando las labores domésticas quedan relegadas a una persona que trabaje en el hogar (nana u otra) y reemplace a la mujer en las labores domésticas, la carga de la doble presencia se ve disminuida, puesto que se aminora. Se ha destacado que la presión mental por la doble presencia en las mujeres difiere según el estrato socioeconómico al que pertenezca y también la influencia en el estado de salud en las mujeres ocupadas es peor cuanto mayor es el número de personas en su hogar.

De este tipo de exigencias, se habla poco en las empresas. Por lo menos yo no he escuchado nunca este concepto en las empresas donde he trabajado y tampoco sobre los beneficios que debieran recaer sobre las mujeres que tenemos hijos pequeños que requieren atención cuando se enferman o cuando tienen actos en el colegio, por poner ejemplos simples, pero que pueden llegar a ser muy importantes cuando suceden. Son cada vez menos las ocasiones que tenemos como mujeres trabajadoras de estar con nuestros hijos y dedicarles todo el tiempo que se merecen y por lo mismo, el hecho de no estar en casa y tener que de una u otra forma que manejar los asuntos desde “afuera” generan una mochila de quehaceres que no se notan a simple vista, pero que existen. Salir del trabajo para ir a comprar al supermercado, a una librería a buscar algo para la tarea del colegio, ir a la farmacia por algún remedio… Por lo menos a mí no me da el tiempo para ir al gimnasio (como tanto quisiera) ni para sacar a pasear perros.

Este concepto de doble presencia lo siento cada vez que se me juntan varias cosas personales con las profesionales y siento que lamentablemente no hay mucho que hacer para poder revertir la situación. Muchas mujeres trabajadoras debemos rendir el 100% en el trabajo y tener la menor cantidad de problemas ajenos a la empresa posibles… esto es para poder mantenernos en nuestros cargos y no peligrar el trabajo.

Estudios demuestran que la doble presencia se puede transformar también en una doble ausencia, lo que produciría la sensación de no tener suficiente atención a ninguno de los dos ámbitos, ni laboral ni familiar, lo que podría provocar frustración o estrés.

Es importante tener gente en la que apoyarse para poder tener menos carga y esta doble presencia no se haga tan intolerable. La pareja en este sentido debiera cumplir un rol fundamental. Si bien los hombres chilenos están cada vez más abiertos a cooperar en las labores del hogar, aún estamos a una distancia importante de que los roles impuestos socialmente queden en un paralelo.

martes, agosto 13, 2013

Viviendo con mascotas

Llevo 2 años y medio viviendo en mi casa propia. Soñé durante mucho tiempo tener esa anhelada independencia, porque muchos años tuve que vivir bajo el alero de mis padres junto a mi hija. Recuerdo esos años de espera en los que tenía una angustia tremenda, ya que lo que más quería era tener mis propios horarios, vivir a mi ritmo, con mis propias reglas… y un perro que me moviera la cola al llegar a casa. Y así fue.

La casa ubicada en condominio no tenía el patio deseado, solo arena suelta rodeada de panderetas. Cada propietario debía en este caso hacerse cargo de su patio trasero, cercarlo para dividirlo del antejardín y obviamente adornarlo a la pinta de cada uno. Les cuento esto, para que entiendan lo que va a suceder en el resto de la historia.




Por una ganga compré 1.000 adocretos de hormigón que me permitieron “forrar” gran parte del patio de arena. Con esto, tomó aires de terraza y ya podía instalar la mesa y las sillas que me regaló mi madre para una Navidad. Después instalé una bodega en una esquina con unos pastelones. Faltaba solo el pasto para terminar la decoración.

Al poco tiempo de vivir en la casa nueva, tuve la gran idea de adoptar una perrita que sería esa ansiada mascota que moviera la cola y que nos acompañaría para el resto de su vida. Una cachorrita tímida y asustadiza con muchas ganas de cariño. Se lo dimos, sin embargo, al parecer no fue suficiente. Como cada uno tenía sus prioridades y no mucho tiempo para dedicarle, provocó en ella la necesidad imperante de llamar la atención o de matar el tiempo en asuntos que quizás le parecían entretenidos. Hoyos por doquier. 

La lista de elementos destruidos probablemente no contenga todo lo que realmente fue: plato de agua y plato de comida (plásticos), salida de goma de la puerta de la cocina, juguetes, cama de espuma, diarios, cartones, basurero, ropa interior, toallas, colgador de ropa, escoba, pala, puerta de madera, repisa para mis plantas, pelotas reventadas y hechas añicos, sillas de terraza, pedales de la bicicleta de mi hija, maceteros incluidas las plantas… Se nos ocurrió una mejor idea al año siguiente. Adoptar otra perrita. Con esto supusimos que la perrita estaría acompañada y podría gastar su energía con ella. ERROR n° 1. La pequeña cachorra aprendió todas las malas costumbres y juntas además de convertirse en verdaderas pirañas, se arrancaban hacia el condominio por debajo de la pandereta, cuyos forados casi hacen que uno de los pilares que la afirma se viniera abajo. Para evitar la seguidilla de perforaciones en el patio, fuimos nuevamente inteligentes y compramos pasto en palmetas, pensando que no harían hoyos en el pasto. ERROR n° 2. Se lo comieron (SE COMIERON 20 m2 DE PASTO) y siguieron excavando y arrancándose. Intentamos sacarlas a pasear con correa, como lo hacen todos los perros civilizados. Ellas no. Al suelo y no avanzaban. Junto con todo esto, llegaban los reclamos de los vecinos, pues se metían a sus patios, hacían caca, robaban lo que encontraran incluidas las bajadas de ducha, peluches, chopinos, bolsas de basura, entre otras cosas que a modo de regalo las dejaban en mi antejardín, que por supuesto las delataban.

Aguanté 1 año y medio este calvario. Muchos podrán decirme que a los 2 años se les pasa. Otros me dirán que los perritos son los mejores amigos del hombre. Todavía me sensibilizo cuando veo perros callejeros, enfermos y con hambre. Pero considero que sacrificar mi felicidad, mis proyectos por un animal no es justo. Tuve las mejores intenciones de criar a estas dos perritas, las esterilicé, les di siempre alimento de buena calidad, sin embargo, no respondieron jamás a lo que pensé que podría ser vivir con ellas. Lamentablemente, el poco tiempo en casa y las miles de funciones que debo cumplir, no hicieron compatibles esta vida en conjunto.

Tenía muchas expectativas al irme a vivir a mi casa y esta situación me estaba llevando al colapso emocional. Nadie quería salir al patio porque era un desastre. Todo repartido en todos lados. Nadie podía dejar nada afuera por miedo a que fuera devorado.

Por ello es que regalé a las perritas y agradezco a quienes las adoptaron. Mi patio era muy pequeño para sus necesidades, ahora andan en el campo revoloteando. 

Después de esta pésima experiencia, no quiero saber más de mascotas destructivas. Lo único bueno, es que siempre fueron mansitas, nunca las vi peleando ni gruñendo a las personas. Tuve perros cuando era niña, pero nunca vi tal grado de destrucción como el que generaron estas dos.